La chía es una planta herbácea de la familia de las lamiáceas, originaria de México y Centroamérica, cuyas semillas se consumen por sus múltiples beneficios para la salud. Las semillas de chía son pequeñas, de color grisáceo y brillante, y tienen un sabor suave y agradable.
Las semillas de chía tienen las siguientes propiedades:
-Son ricas en ácidos grasos omega 3, que tienen efectos antiinflamatorios, anticoagulantes y cardioprotectores.
-Son una buena fuente de fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal, a prevenir el estreñimiento y a aumentar la sensación de saciedad.
-Aportan proteínas de alto valor biológico, que contienen los 9 aminoácidos esenciales.
-Contienen vitaminas del grupo B, que intervienen en el metabolismo energético y en el funcionamiento del sistema nervioso.
-Son ricas en minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio, el hierro, el zinc y el selenio, que contribuyen a la salud ósea, muscular, inmunológica y antioxidante.
-Tienen propiedades hipoglucémicas, es decir, que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ser beneficioso para las personas con diabetes o resistencia a la insulina.
-Poseen compuestos antioxidantes como los polifenoles y los flavonoides, que protegen las células del daño oxidativo y previenen el envejecimiento prematuro y algunas enfermedades crónicas.
-Tienen efectos anticancerígenos, debido a que inhiben la proliferación de células tumorales y estimulan la apoptosis o muerte celular programada.
Las semillas de chía se pueden consumir enteras o molidas, y se pueden añadir a diversos platos como batidos, ensaladas, sopas, yogures, postres, etc. También se pueden hidratar en agua o leche vegetal para formar un gel viscoso que se puede usar como sustituto del huevo en recetas veganas o como base para hacer pudines.